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martes, 13 de enero de 2009

Prudencia
Otra vuelta de tuerca le he dado a la vida
Todos quietos, si giro al otro lado del mundo
la verdad o la nada pueden estar allí
y si se mueven, algo puede pasar.



Morir
Me cuesta ir a saludar a los muertos
Y mirar la aurora en los ojos de los dolientes.
Me asusta imaginar que puedo ser yo el único inmortal
en esta cadena de enfermos terminales.
El único incapaz de presentir el fin de sus días.



Sola
En alguna casa una mujer se aburre con sus recuerdos
e ignora los deseos de quien la presiente.
Si pudiera volar sobre los techos de todas las casas del mundo
o sobre su corazón destajado de tanto aburrimiento
la visitaría para impedir que las palabras de ayer la sigan lastimando,
a pesar de las astillas
y el olor a flores de nomeolvides.



Universo
Es posible que alguien llore sus últimos días
mientras te lamentas por tu cartera perdida.
Y que mientras duermes la pereza,
alguien aspire profundo para no dejarse vencer por la falta de fe.
También puede ser que a la hora de visitar el mar
tus bostezos se ahoguen en el tedio,
mientras en la otra orilla
unos ojos absortos descubran las venas del universo,
la verdad de su existencia,
el amor mismo tirado sobre la playa.

Ropas al sol
Incompleto, hastiado de las verbenas, de la complicidad de Eros
de Baco, de Saturno, de Afrodita, del loco de mi hermano,
me dejo revisar las ropas por la indolencia, la humedad y la tristeza.
Nada amarra un pedazo de ilusión a mis días,
y la sonrisa no me alcanza para leer lo que quiero sin importar lo que dice.
Ahora desnudo frente a los ojos de la Ley, nada importa
si no puedo leer los aullidos de tus poemas,
y no recuerdo el rostro de tus creencias.