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miércoles, 18 de noviembre de 2015

sábado, 29 de agosto de 2015

PARTICIPACIÓN FESTIVAL INTERNACIONAL POESIA DE CALI

MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE

Popayán, 1967


Magíster en Filología Hispánica, Especialista en Pedagogía de la Lectura y la Escritura, Licenciado en Literatura y Lengua Española. Miembro Fundador de la Asociación Caucana de escritores (2000).. 2º Lugar VII Concurso Nacional de Poesía Universitaria “Euclides Jaramillo Arango”. Armenia  2001. Beca Fundación Carolina para estudios en el Instituto de la Lengua Española, Madrid España, con nota final Summa cum Laude. 2005-2006.  2º Puesto II Premio Iberoamericano de Poesía “Pablo Neruda 100 Años”, Temuco Chile. 2004 Premio Nacional de Poesía Carlos Héctor Trejos, Riosucio Caldas, 2004. Premio Nacional “descanse en paz la guerra”, Poesía Sin Banderas, Casa Silva Bogotá,2003. Premio Nacional de Poesía Ciudad de Chiquinquirá. Año 2003.  Premio Departamental de literatura “Caucanízate”. Popayán, 2007. Expresidente del Consejo Nacional de Literatura, 2009-2011. 


POEMAS

El violinista negro

Heredé el nombre, el color de la piel y la música de mi abuelo. Un negro enorme que vino de los genes de un esclavo traído contra su voluntad a Cartagena y escapó robándose a la hija de un príncipe ruso para que los blancos sintieran qué se vive cuando a uno le arrancan del corazón a los seres amados.
Heredé de esta pareja de fugitivos un murmullo de nostalgias por sus castillos perdidos, y de mi padre una música amarga que suelo interpretar con el violín para espantar a los fantasmas, el calor, el tedio.
Esta música es sencilla como la lluvia y va dejando entendimiento y compasión en un hilo de circunstancias que no se pueden contar, sólo escuchar. Todo mi pasado no se puede entender sin los llantos de este violín y las oraciones de las cantaoras para celebrar cada cosa cada día, o sin las mañanas cosechando maíz y las tardes cazando venados al filo de la noche, o sin las noches al borde de un fogón con llamas que se avivan al verbo de las fantasías que narran los abuelos.
Los gemidos de mis negras los acompaño con el violín. Las oraciones de mis mayores las acompaño con mi violín. Las historias de los viejos que narran de dónde venimos las acompaño con el violín. Soy el violinista negro de esta ciudad blanca, el intérprete que lleva todas cicatrices del mundo en la mirada.


Un ataúd para la memoria

Los enviados del cielo me hablan lenguas extrañas. Y como poetas visionarios me señalan los caminos, la música y el cielo, pero no entiendo. ¡No los entiendo!

Esta danza de milagros, de dones y de amor, de paraísos y de cielos no me alcanza para presentir, para ver, ni para entender.
Es como andar entre  los pasillos de un viñedo de alegorías y prodigios, pero todo me es incomprensible… Dios mío, por qué soy tan sordo, tan ciego, tan pequeño.
La feria de la vida está allí, me dicen. Pero no alcanzo a verla, ni a presentirla,  ni a gozarla… y  las emociones de la muerte que se avecinan. Me faltó la luz, me faltó el fuego de Dios ardiendo en el pecho para intentar un poema, el milagro de un poema.
Se me fue la vida girando por las fronteras de izquierda a derecha, con la mano en la bandolera, con el vaso a medio tomar.


Mi corazón de piedra y de silencios

La cena servida, el amor en el plato, la alegría en la mesa, pero nada; el egoísmo no me deja paladear ni entender nada. Todo es madera cruda en el pecho del huésped. Y no entiendo nada y nada del hombre me es comprensible.
Se me desgajan las ideas después del vino palabreando con la luna, pero ningún paisaje me sirve para entender.
Mi corazón de piedra y de silencios está amarrado a la nada. Mi corazón forrado de todos los placeres no conoce los dones, solo las puertas abiertas de la esclavitud y la misericordia del llanto. Pero nada, no entiende de nada.
Soy un huérfano, un niño autista que murió cuando vio morir el amor entre sus padres.


Sacrificio de sacrificios

Que vengan los ángeles o cualquiera que cante, y me diga que me ama. Que vengan los hijos, los amores vividos, y el afecto de los amigos a mirarme el rostro antes que el río de la muerte me pudra del todo, y ya nadie pueda reconocerme.
Qué importancia tiene comentar si al final hubo dolores en la piel o en los huesos, si morí en paz o en guerra con mis propias debilidades, si al final de todo el cielo está abierto como un jardín sin puertas para esta alma furiosa como la mía, y si mis cenizas enviadas a la tierra ni siquiera me esperan.
Que venga la muerte, que venga… desafié una tarde. Y cuando llegó tan sólo le pedí que me dejara mirar el rostro de los amados y escuchar esas canciones de amor que me enseñaron de misterios y de la vida.
Los he visto a todos ustedes en mi memoria. Para eso fui fotógrafo y poeta y me sacrifiqué por todos.
Ahora, que me miran por última vez, espero  que me digan que me aman por última vez.


Las tinieblas susurrantes

Mientras el dolor le corre por las venas en vez de poder mirar la vida por la ventana, y cuando las fuerzas le abandonan justo cuando en la arena de la plaza cae una lluvia de flores y aplausos. Mientras los dueños de la muerte condenan su libertad a vivir entre paredes rojizas, pisos hediondos y tinieblas susurrantes. Mientras no haya tristeza más intensa y aturdidora que la prodigada por los ladridos de los días. Mientras el dolor acumulado sirva de expiación y con los ojos del alma se siga mirando el castillo…
Este poeta que se enamoró tantas veces de la misma mujer, que dejó de ver el sol por dedicarse a envejecer en el regazo de su amada, que no pudo viajar a otros puertos del mundo para poder ser dueño de sus emociones y cuidar un árbol de pino en su jardín, irá recogiendo culpas para su tragedia emocional detrás de barrotes que le hablan.


Todos lo vimos por el noticiero

Hay un drama esta noche. Un drama para alimentar al monstruo de la historia y los riachuelos de sangre que corren por las calles de mi país. Una pareja de hermanos ha muerto fusilada cuando los bandidos intentaron tomarse un cuartel de policía en ese juego eterno que vivimos entre guerrilleros y soldados.
Al momento de su muerte la niña imitó el sonido de la ametralladora como si a cada bala incrustada en su cuerpo fuera necesario pronunciarla. De la boca del chico sólo se escuchó el eco de un madrazo nacido de sus entrañas.
La chica cerró los ojos con fuerza y murió con la frente arrugada y mostrando los dientes. Su hermano, en cambio, se murió con los ojos abiertos mirando al cielo como si estuviera frente a un espejo y en su rostro la mueca de una sonrisa.
Fue una muerte absurda, como todas las muertes de los que viven ajenos al margen de la estupidez o de la iluminación de la guerra.
Los asesinos, con sus destinos marcados por la sal, se fueron a morir a otro lado.
Todos lo vimos por el noticiero.

domingo, 2 de agosto de 2015

LOS GUERREROS

                                                       
por
Marco Antonio Valencia Calle

cuando los miro, se me asemejan vampiros absurdos.
cerdos acorazados que ignoran los pasos de la venganza.

tienen los ojos azules y las manos seguras pero en la
espalda una tarde triste que los acusa.

me hablan con señas y monosílabos para no tener la
trenza de una amistad y prevenir esas lágrimas
inútiles de las despedidas.

a pesar de mis odios y maldiciones
recordarlos incendiará con frecuencia mis horas de cariño
por la patria.

LO MÁS DIFÍCIL DE CONTAR



No encuentro resignación en la fe, ni en la alegría de los alimentos litúrgicos.
Morirse es fácil y lamentar lo inevitable puede ser una banalidad para frívolos.
Las hazañas humanas tan raras como perdonar desaparecieron de mis límites, y ahora solo encuentro un montón de palabras secas regadas por pastorcitos en campos baldíos, o lo que es peor, en espíritus áridos y desplazados hacia la izquierda donde el sol se pinta de rojo y florecen las pasiones, los dolores,
y claro, las dudas.

Las dudas tuyas y las mías.

jueves, 30 de abril de 2015

POEMAS MARCO ANTONIO VALENCIA/ TRADUCIDOS AL PORTUGES



Autor: Marco Antonio Valencia Calle (Colombia)
Tradução: Kassia da Silva Santana (Brasil)




do livro “Os versos do iguana

As amantes *

“quem não compreende um olhar,
também não compreende
uma ampla explicação”

- refrão árabe -

às amantes não se cumprimenta
se as encontras por casualidade
na fila do banco, nos coquetéis ou em uma festa,
muito menos nos supermercados
às amantes não se cumprimenta
com um beijo na bochecha
quando as encontras,
se pisca o olho e
se sorri para elas com a melhor das picardias
desenhada no rosto
elas entendem,
devem entender
entendes?

às amantes não se cumprimenta
mas quando o encontro é inevitável
e a saudação iniludível

com o olhar podes adentrar-lhe ao coração
para acariciar-lhe um pouco
elas entendem
devem entender
entendes?

às amantes não se cumprimenta
com abraços efusivos
nem as envia flores em seu aniversário
nem se diz coisas bonitas por telefone
é perigoso
elas entendem
devem entender
entendes?

* Amantes: do livro “Os versos do iguana”, da coleção literária Estuário. Popayán, Colombia, 2005

las amantes

“quien no comprende una mirada,
tampoco comprende
una larga explicación”
- refrán árabe -

a las amantes no se les saluda
si te las encuentras por casualidad
en la fila del banco, los cócteles o una fiesta,
mucho menos en los supermercados

a las amantes no se les saluda
con un beso en la mejilla
cuando te las encuentras,
se les guiñe un ojo y
se les sonríe con la mejor de las picardías
dibujada en el rostro
ellas entienden,
deben entender
¿entiendes?

a las amantes no se les saluda
pero cuando el encuentro es inevitable
y el saludo ineludible


con la mirada te le puedes meter al corazón
para acariciarla un poco
ellas entienden
deben entender
¿entiendes?


a las amantes no se les saluda
con abrazos efusivos
ni se les envía flores en su cumpleaños
ni se les dicen cosas bonitas por el teléfono
es peligroso
ellas entienden

deben entender
¿entiendes?

sábado, 11 de abril de 2015

EL RÍO QUE FLUYE


  POEMAS DE MARCO ANTONIO VALENCIA EN LETRALIA,
http://www.letralia.com/269/letras12.htm

El agua que fluye

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Este paraíso de sombras y silencios nos inunda de tristezas... se salva por un barquito de papel en el mar de las indiferencias.
*
Tanta tristeza en la mirada hace creer que somos huérfanos de paz. Con la voz manchada y los huesos temblando, todavía somos capaces de reír.
*
En otra tarde, en otro cielo, en otro rostro, hay otra mirada triste... no solo nosotros lloramos nuestros muertos. Otros, en otra parte, lloran los suyos.
*
Si todas las heridas en el corazón, de todos los heridos por la indiferencia, fueran huéspedes de la paz por un momento...
*
Tanta ceniza de muerto, tanta muerte sin duelo, tanta tristeza sin sentido, tanta lágrima al vuelo, para nada. Corazones de piedra ajena, tengan piedad de nosotros, amén.
*
Y nos quedan las canciones tristes de una tierra sembrada de huesos. Pedazos de cielo sin emociones ni lápidas, de patria sin orgullo.
*
Que las palabras de todos reclamen la verdad a las mentiras. Que la paz perdida se deje ver entre los rostros de los indiferentes.
*
Todo diálogo roto, toda pérdida, toda desilusión, todo grito de rabia... nos condena. La paz que nos titirita arde en fogatas de leño verde.
*
Los delirios de los guerreros terminan en fosas de cementerios sin epitafios. Frente a la guerra de los tontos, los ruegos son inútiles.
*
Mis palabras no dicen nada, ni son nada. Mis miedos no son nada y a nadie le importan. En otro Universo mi clamor de paz tendría eco y amigos.
*
La sangre derramada por mis mayores, tan grande como el miedo de mis noches. Y no crecerá la paz en esta pesadilla de miedos. Urge sembrar una semillita por la paz.
*
La paz no existe por aquí. Es palabra incierta, polvo de ilusos, cielo de condenados. La paz, una lluvia de fábulas sin nombre y sin amor.
*
Este país no tiene miedos, tiene silencios que es distinto. Los ruidos de la guerra ahogan todas las denuncias, todos los horrores.
*
No me duelen los muertos ajenos. Cuando matan a uno de nosotros, a un hermano colombiano, muero de vergüenza un poco, morimos todos un poco.
*
No hace falta hablar de guerra, cuando hay llanto de viudas en el cementerio y en el cielo no aparecen los nombres de los extraviados. La flor de la paz no quiere germinar.
*
Comenzamos a flotar en sueños manchados de rojo. A vender ilusiones por la paz como milagros en papel de colores. Sin palomas blancas, no hay esperanza.
*
He traído pan al desayuno una y otra vez. He colocado frutos en la mesa una y otra vez... Pero tú, con esa indiferencia, no alimentas mi paz, ¿entonces?
*
Este país de aviones sin conductor, de rieles dañados y sirenas ahogadas. De esperas mutiladas y muertos en el río... era un sueño, es un sueño, será un sueño.
*
Desde cada ventana de la nación, se ve un paisaje distinto. Hoy ya no quisiera ver más esas lágrimas tristes que lo inundan todo.
*
Nuestro miedo no tiene boca para decir. Nuestra boca no tiene ilusiones para sembrar árboles ni semillas de paz. Vocación de paz sin alma y sin manos.
*
No nos alcanza la sonrisa para vislumbrar la paz. Fuimos amamantados por noticias de violencia y guerra. Condenados a vivir con bastones de incertidumbre.
*
Somos ciegos pero el fantasma del olvido no vuela en nuestra historia. Somos indiferentes, pero los huesos de nuestros muertos están allí.
*
Embriagados. Ebrios de miedo. Con la mirada escondida. Sin sueños, pero tristes por el pasado. Mi alma en la jaula de un país en guerra.
*
El silencio: el escondite. Hacernos los ciegos: la solución. Quejarnos por la ineficiencia de otros: el escape.
*
Cabalgo en potros de miedo. Esquivo la mirada de escenas de miedo. No hago nada contra la violencia por miedo. El miedo ilumina.
*
Matan a uno y resoplamos. Un muerto es luz que enceguece la ira. Insecto molesto para nuestra viva indiferencia.