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lunes, 22 de diciembre de 2014

CARTA A UN SOLDADO EN NAVIDAD



CARTA A UN SOLDADO EN NAVIDAD
POR:
Marco Antonio Valencia Calle
Soldado. Mañana es Noche Buena y quiero desearte Feliz Navidad. Espero puedas leer esta carta de alguien que un día estuvo en tu lugar, que sintió y vivió tus mismas inquietudes. Que por momentos pensó que no podría soportar pasar una navidad lejos de casa, que estar de guardia sin natilla y abrazos de los amados era la más dura de las pruebas humanas.
Yo estuve allí. Con los dedos engarrotados de frío, aferrado a mi fusil, con el pecho en alto y en posición de descanso durante ocho horas continuas, bajo una lluvia pertinaz, tiritando, con el culo apretado y algo de rabia. Si, tiritando por horas mientras en todas partes la gente cantaba villancicos, unidos, en familia…
Así fue mi lanza, mientras allí –como en el resto del país-, la gente manifestaba su alegría navideña nosotros los soldados de la patria estábamos afuera con lágrimas en los ojos pensando en una chica, la familia ó nuestras madres.  Pero sobrevivimos lancita. Sobrevivimos como vos tenés que sobrevivir, porque la noche buena y la noche de año viejo, lejos de casa, en horas de servicio militar, son dos pruebas psicológicas para formar el carácter y el espíritu de un hombre firme. Sin vivir esas batallas comando, el entrenamiento del soldado es incompleto.
Pasar navidad lejos de casa, en las trincheras, en la base, en la garita, en la enfermería, mientras el mundo se despeina en la parranda puede arrugarte corazón, y la serpiente de las tentaciones macabras te puede aconsejar mal haciéndote olvidar la misión y la causa que has jurado defender. Pero vos mi soldado, podes soportarlo…, tenés que poder, miles de soldados antes que vos lo hicimos y después de vos, miles lo seguirán haciendo.
Cuando uno está allí, en la trinchera, en plena Navidad, comiendo mierda, envidiando el jolgorio  de los otros, uno cree que la vida es injusta, y nos preguntamos qué hacemos allí y dan ganas de largarse y dejarlo todo botado. Pero te quiero contar, desde mi experiencia y desde la perspectiva de los años, que sin vos la Navidad sería imposible. Que sin tu sacrificio y tu entrega, en ninguna parte de Colombia podríamos comer natilla ni hacer un baile, ni abrazar a nuestras madres de manera tranquila.
Cuando estés agobiado mi Soldado, ponete a orar para tener fe. Repetí tus oraciones o tus canciones preferidas, una y otra vez, y no te dejés engañar por la vanidad de una fiesta perdida. Vendrán muchas fiestas para vos y podrás disfrutarlas en libertad gracias al legado, que con tu sacrificio de hoy, vos mismo estas ayudando a conservar.
Si te toca de guardia en las noches de fiesta, es por una razón: te necesitamos más que al imaginario de Papá Noel. Sin vos ahí, cuidando la carretera, la torre de energía, o lo que sea, las cosas no serían iguales. Te lo explico: sos un símbolo real que nos da seguridad, tu figura representa al Estado y la protección que nos brinda a los ciudadanos. Vos sos la imagen de un país organizado, y personificás con tu uniforme, tu fusil y tu actitud de guardián, las garantías que brinda la Constitución para vivir en paz.  Y no es carreta, ni teoría, lancita: así son las cosas.
Un símbolo, soldado, es algo poderoso. La cruz de Cristo es un símbolo de fe, por ejemplo; y el soldado con su uniforme simboliza “al centinela”, al “defensor”, a la persona que nos cuida. Y el que cuida es el “Ángel de la Guardia”. Vos mi soldado, allí, en la trinchera, o donde estés, olvidado por muchos, con tu actitud de hombre, y tu corazón de valiente, sos nuestro Ángel de la Guarda. A vos mi héroe, te saludo y ante ti me quito el sombrero.
Pero no creas que estas solo. Acá en la iglesia, y en todas las iglesia católicas del mundo, hay un par de palabras para vos, te lo juro, son bendiciones al vuelo, recibilas en el corazón, que a nadie le sobran bendiciones, la vida es larga, y los buenos deseos que te sobran hoy, se volverán realidad mañana, cuando ya libre de tu compromiso contigo mismo y con la patria, podás andar tranquilo organizando tu vida en libertad, la libertad que hoy cuidás con tan duro sacrificio.
Feliz Navidad para ti soldado, y para todos los hombres y mujeres que integran las fuerzas militares  y de policía de Colombia.
Nota: Feliz Navidad para todos mis lectores, amigos y familiares. Gracias por elegirme durante dos años consecutivos como el columnista más leído del departamento del Cauca.  Se les quiere.